La enfermedad arterial periférica (EAP) puede no ser fatal de forma inmediata o afectar de forma significativa a la calidad de vida, pero puede progresar rápidamente y convertirse en un grave problema de salud si no se diagnostica y trata en una fase temprana. El diagnóstico temprano tiene muchas ventajas, desde una mejor calidad de vida a largo plazo hasta la reducción de la mortalidad y los costes de tratamiento.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV), de las que la EAP también forma parte, son la causa principal de mortalidad en todo el mundo y tan solo en 2016 se registraron un total de 17,9 millones de muertes (31% de la mortalidad global), de las cuales un 85% fueron debidas a ataques al corazón e infartos [1].
Es difícil realizar una estimación de cuántas son debidas a la EAP, y aún menos calcularlo, al menos a nivel global, ya que esta insidiosa enfermedad a menudo no es diagnosticada a pesar de ser comórbida para muchas ECVs letales, como el infarto y la enfermedad arterial coronaria (EAC).
Por ejemplo, la EAP es muy común en pacientes con EAC con una prevalencia entre el 22 y el 42%; los pacientes con ambas enfermedades lo pasan peor (en términos de calidad de vida y mortalidad) que los que solo sufren de EAC [2, 3, 4, 5]. La asociación con la afección más letal entre las ECV es tan solo una de las razones para realizar una exploración preventiva de EAP, siendo la conexión indicativa con la salud general cardiovascular la otra más importante.
La naturaleza asintomática de la EAP hace que el diagnóstico preciso y rápido tan solo se realice como una exploración física. La dificultad de la tarea implica un mal diagnóstico común, especialmente si el examen lo realiza alguien con poca experiencia [6]. Afortunadamente, existen métodos y herramientas de diagnóstico más avanzados con altos niveles de especificidad y precisión, en concreto la medición ITB (índice tobillo brazo), lo cual es bueno en particular para evaluar un gran número de pacientes potenciales [7]. Sin embargo, para que los procesos de evaluación sean efectivos a nivel de costes, los médicos deben primero identificar los pacientes en riesgo basándose en los factores de riesgo definidos por la EAP.
El factor de riesgo más importante para la EAP (y la aterosclerosis en general) es el tabaquismo; aumenta dramáticamente la incidencia de EAP en hombres, y en el caso de mujeres fumadoras es aún peor, con un aumento del riesgo 20 veces mayor (en un período de 13 años) en comparación con las mujeres no fumadoras [8, 9].
Otro riesgo es la diabetes, puesto que el síntoma más común de EAP (claudicación intermitente) y uno de los que más afecta a la calidad de vida del paciente (actividad física reducida) es 3,5 veces más prevalente en los hombres diabéticos y 8,6 veces más prevalente en las mujeres diabéticas que en la población no diabética [10]. Por último, la hiperlipidemia, la hipertensión y el sobrepeso (obesidad) redondean la lista de factores de riesgo con énfasis en la obesidad, que contribuye en un aumento de 3 a 5 veces mayor del riesgo de sufrir EAP [11, 12, 13].
La detección preventiva de la EAP en pacientes (basándose en la medición del ITB) tiene el beneficio de mejorar la precisión de la predicción de riesgo cardiovascular más allá del FRS (puntuación de riesgo Framingham) y puede, de forma indirecta, predecir el riesgo de mortalidad total y cardiovascular [14].
Aún más, la identificación temprana de la EAP tiene un efecto positivo en la morbilidad. Un estudio mostró que la detección temprana de la EAP basándose en el ITB y la presencia de la claudicación intermitente y la intervención del cambio de estilo de vida subsiguiente mejoró de forma significativa la frecuencia y el tiempo de actividad física (parte importante del tratamiento conservador de la EAP debido a su efecto antiaterogénico) e incluso contribuyó a que algunos de los pacientes que participaron en el estudio dejaran de fumar [15]. Un estudio conducido en Alemania llevado a cabo con gente mayor demostró la mejora de los factores de riesgo cardiovasculares después de 2 años de tratamiento y un diagnóstico inicial de la EAP basándose en la medición del ITB [16].
En resumen, la detección de la EAP basándose en el ITB tiene muchos beneficios, con especial consideración para los pacientes en grupos con alto riesgo de sufrir EAP.