La velocidad de onda de pulso (PWV) arterial es la velocidad a la que la onda de pulso viaja a través del sistema arterial. Está reconocida como el estándar de referencia para evaluar la rigidez de las arterias en la práctica clínica. Esta medición es esencial porque la rigidez arterial se considera un importante indicador independiente de la enfermedad cardiovascular. [1] En este artículo, analizaremos qué es la PWV, por qué es importante y cómo medirla. También puede ver un vídeo en lugar de leer este artículo.
En este blog, obtendrá la siguiente información:
La velocidad de onda de pulso es la velocidad de la onda de presión a lo largo del árbol arterial. Las personas suelen asumir que se trata de la velocidad de la sangre a través de las arterias, pero esta idea es errónea. En un río, el agua puede moverse a una velocidad determinada, pero las ondas generadas por el viento o los barcos tienen una velocidad diferente. En el árbol arterial, las ondas rítmicas se inician con el bombeo de la sangre, es decir, el corazón. [2]
Cuando el corazón se contrae (sístole), genera una onda de pulso (u onda de presión) que viaja a través de las arterias a una velocidad que depende de las propiedades arteriales.
Por tanto, la PWV es la distancia de un segmento arterial específico dividida por el tiempo que la onda de pulso tarda en recorrer ese segmento. Se expresa en m/s, y podemos medirla en diferentes segmentos del árbol arterial. Por ejemplo, la velocidad de onda de pulso del brazo-tobillo (baPWV) muestra lo rápido que viaja la onda de pulso de la arteria braquial (del brazo) al tobillo. La PWV de la carótida-femoral (cfPWV) es la velocidad de desplazamiento de la onda de pulso de la arteria carótida a la arteria femoral.
En este vídeo, la Dra. Sandrine Millasseau explica en qué consiste la velocidad de onda de pulso y su importancia, tras lo cual verá una demostración de la medición:
La PWV ofrece información importante sobre el estado de las arterias. A diferencia de las tuberías que encontramos en nuestra vida diaria, que están hechas de hormigón o metal, la pared arterial de las grandes arterias está formada por fibras de elastina. En este sentido, la aorta tiene un papel regulador, que almacena energía durante la contracción del corazón (sístole) y la libera para el resto del ciclo cardíaco. [2]
A medida que envejecemos, las fibras de elastina se rompen (se dañan), lo que reduce su elasticidad. El colágeno, un componente más rígido, sustituye progresivamente a las fibras de elastina. Se trata de un proceso normal, pero puede acelerarse considerablemente debido a los factores de riesgo cardiovascular (por ejemplo, el consumo de tabaco, la obesidad, la hipertensión y la diabetes), al estrés oxidativo, a la inflamación crónica y al daño en el ADN, entre otros. Los factores de riesgo cardiovascular pueden dar lugar a la calcificación medial de la pared arterial. El aumento del envejecimiento arterial se refleja en una mayor rigidez arterial y en una velocidad de onda de pulso más elevada.
La rigidez arterial es un indicador independiente de la morbilidad y de la mortalidad cardiovasculares. Se trata de un factor de riesgo para diversos episodios o complicaciones cardiovasculares, lo que la convierte en un motivo de preocupación. Por tanto, la medición de la velocidad de onda de pulso es fundamental y debería formar parte de la rutina clínica para, por ejemplo, medir el colesterol. En particular, muestra el impacto total de diversos tipos de daño en la pared arterial. La PWV se considera un biomarcador integrador: refleja la influencia combinada de varios factores en la función y la salud arteriales.
La investigación llevada a cabo en la última década demuestra que cada aumento de 1 m/s en la PWV se corresponde con un incremento del 12-14 % de la mortalidad cardiovascular en general (es decir, sufrir un episodio cardiovascular grave y fallecer a consecuencia de ello), tal como evidencia el ejemplo indicado a continuación: [4]
Asimismo, las Directrices ESC/ESC para el Tratamiento de la Hipertensión Arterial de 2018 clasifican una PWV de la carótida-femoral superior a 10 m/s como daño orgánico asintomático. [5]
Los desarrollos tecnológicos de los últimos años han permitido que la medición de la PWV sea mucho más fácil que antes. Según el Documento del Consenso de Expertos sobre la Rigidez Arterial (2006), «la medición de la PWV suele aceptarse como el método más sencillo, no invasivo, sólido y reproducible para determinar la rigidez arterial». [2] La PWV de la carótida-femoral (cfPWV) también se considera una medición «de referencia» de la rigidez arterial. [3]
Las tecnologías que han permitido la investigación que ha dado lugar al reconocimiento de la velocidad de onda de pulso como un marcador independiente de la enfermedad cardiovascular no son adecuadas para la rutina clínica. Requieren experiencia, son bastante costosas y el examen conlleva tiempo.
Para medir la PWV en la rutina clínica, la tecnología necesita ofrecer las siguientes ventajas:
Uno de los dispositivos de última generación para medir la PWV en la atención primaria es el MESI mTABLET ABI con la Aplicación PWV. Este método no requiere experiencia para utilizarse. El examen es totalmente automatizado y solo dura unos minutos. Por este motivo, puede llevarse a cabo de forma rutinaria en grupos de riesgo amenazados por la enfermedad cardiovascular (pacientes diabéticos, con sobrepeso, hipertensos, de más de 65 años, etc.). Para estos grupos, también se recomienda el examen de detección de la enfermedad arterial periférica (EAP) con la medición del índice tobillo-brazo (ITB). Con MESI mTABLET ABI, la medición de la PWV se lleva a cabo simultáneamente con el ITB, lo que muestra los siguientes resultados:
MESI mTABLET ABI con la aplicación PWV ofrece una evaluación arterial avanzada, lo que permite a los profesionales médicos determinar un tratamiento adicional de forma rápida y eficaz.
Dra. Sandrine Millasseau
Sandrine Millasseau tiene un título de máster en Electrónica y Computación (Francia) y un doctorado en Fisiología y Procesamiento de Señales (Reino Unido). Lleva trabajando en el ámbito de los dispositivos médicos desde el año 1999.
Antes de unirse a MESI, trabajó en AtCor y Alam Medical, que eran los líderes del mercado en el campo de la velocidad de onda de pulso y de la presión arterial central. En 2015, se convirtió en distribuidora de MESI en Francia y asumió el cargo de directora de Ventas del País de MESI en 2017.