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Termómetros: ¿cuándo optar por una opción sin contacto o de contacto?


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La importancia de la temperatura corporal como una de las constantes vitales es ampliamente conocida entre los profesionales médicos y los pacientes. La temperatura corporal es importante desde el punto de vista del diagnóstico. Existen diferentes métodos de medirla, cada uno de ellos con sus propias ventajas. Una de las mayores invenciones recientes en este ámbito es el termómetro sin contacto, pero no es totalmente intercambiable con el de contacto (o auxiliar). Sin embargo, los últimos avances tecnológicos han dado lugar a una solución de termómetro todo en uno.

En este blog, obtendrá la siguiente información:

¿Cómo medimos la temperatura corporal?

La regla de oro para medir la temperatura corporal central es el método del catéter arterial pulmonar, en el que un termistor (un sensor de la temperatura) se coloca a través del catéter. Esta técnica tan invasiva suele utilizarse únicamente en pacientes sometidos a una cirugía cardíaca o ingresados en la UCI para realizar una monitorización adicional de los parámetros hemodinámicos. [6]

Por tanto, en la consulta clínica, se utilizan otros métodos y puntos de medición (boca, axila, recto, etc.). Todos tienen sus propias ventajas y desventajas, que deben considerarse antes de decidir cuál debe utilizarse en una situación específica. [7] [8] [9] [10] [11] [12] [13]

La medición de la temperatura corporal en la consulta del médico de atención primaria, en las visitas domiciliarias o en las residencias de la tercera edad debe realizarse de forma rápida y práctica. Sin embargo, si la afección del paciente implica cambios graves en la temperatura corporal, la precisión y la capacidad para realizar una monitorización continua resultan fundamentales.

Estados de la temperatura corporal

Normotermia

La temperatura corporal humana normal o normotermia varía ampliamente y depende de la edad (las personas mayores suelen tener una temperatura corporal inferior a la de las personas jóvenes), de la hora del día (más baja por la mañana y más alta por la noche), del nivel de conciencia, del estado emocional, de la actividad física, del ciclo menstrual en las mujeres y, lo más importante, del punto de medición (ampliaremos esta información más adelante) [1] [2] [3] [4]. Una temperatura corporal central comprendida entre 36,1 °C y 37,2 °C suele considerarse una temperatura corporal normal [5].

Hipotermia

La temperatura corporal baja o hipotermia es una temperatura corporal central inferior a 35,0 °C y puede ser leve, moderada, grave o profunda [17]. En este último caso, el paciente no muestra constantes vitales y su temperatura central es inferior a 20 °C, lo que suele resultar en una lesión neurológica (daño cerebral) y la muerte [18] [19].

La mortalidad de la hipotermia grave y profunda es alta y varía entre el 38 % y el 75 % [21] [22] [23]. Sin embargo, dado que la hipotermia reduce el índice metabólica, el cerebro puede resistir períodos de hipoxia mucho más largos de lo normal, lo que permite la supervivencia [20].

La hipotermia puede ser causada por la exposición al tiempo frío (a menudo debido a una intoxicación alcohólica) o por afecciones médicas (por ejemplo, casos graves de anorexia nerviosa) [14] [15]. También puede ser inducida de forma artificial por razones médicas (hipotermia terapéutica); esta práctica se realiza para mejorar la recuperación neurológica y reducir la mortalidad en personas con paro cardíaco y en recién nacidos con una encefalopatía hipóxico-isquémica moderada o grave. [16].

Todos los tratamientos de la hipotermia, desde los casos leves que solo requieren un calentamiento externo pasivo hasta el recalentamiento central activo invasivo en los casos graves y profundos, se basan en la capacidad de medir con precisión la temperatura corporal central. [24]

Todos los tratamientos de la hipotermia, desde los casos leves que solo requieren un calentamiento externo pasivo hasta el recalentamiento central activo invasivo en los casos graves y profundos, se basan en la capacidad de medir con precisión la temperatura corporal central [25] [26]. Las mediciones orales, frontales, axilares y timpánicas son adecuadas para su uso en la hipotermia (baja precisión, influencia de factores medioambientales, etc.). Además, son apropiadas para una temperatura corporal elevada.

Fiebre e hipertermia

Estas dos afecciones están en el otro extremo del espectro de la temperatura corporal. Ambas se caracterizan por una temperatura corporal elevada, pero se diferencian ampliamente en los mecanismos fisiopatológicos subyacentes, la gravedad y la severidad.

La hipertermia suele definirse como una temperatura corporal central superior a 37,5–38 °C que se produce sin un cambio en el punto establecido de la temperatura del cuerpo y es un síntoma de la sobrecarga de sus mecanismos de pérdida de calor termorregulatorios [27]. Puede variar de leve, que puede autotratarse, a grave. Esta última se clasifica como una urgencia médica que requiere un tratamiento inmediato (RCP, hidratación intravenosa, lavado gástrico o rectal con suero fisiológico helado o hemodiálisis) en un centro médico [28] [29]. Muchos pacientes no reciben un tratamiento adecuado o a tiempo y, en última instancia, acaban falleciendo. Se estima que, entre los años 2000 y 2019, el calor excesivo representó más de 489 000 muertes al año [30]; siendo los golpes de calor la causa más común de hipertermia [31]. Otras causas menos habituales son reacciones adversas a medicamentos, tirotoxicosis, feocromocitoma y daño en el sistema nervioso central [32] [33] [34] [35].

La fiebre (definida normalmente como cualquier temperatura superior a la temperatura corporal humana normal) es una de las constantes médicas más comunes. Está causada por una muy amplia variedad de afecciones, desde benignas hasta potencialmente mortales. Las causas habituales incluyen infecciones víricas (resfriado común, gripe, COVID-19, etc.), bacterianas (por ejemplo, infección del tracto urinario) y parasitarias (malaria), seguidas de enfermedades no infecciosas y afecciones que abarcan desde la trombosis venosa profunda (TVP) hasta el cáncer [36] [37] [38] [39] [40] [41] [42]. A diferencia de la hipertermia, se produce un cambio en el punto establecido de la temperatura corporal (para contribuir a la del huésped, aunque puede ser desadaptativo cuando la causa no es de naturaleza infecciosa), y la fiebre raramente requiere tratamiento [43] [44] [45].

Para diferenciar entre hipertermia y fiebre, es necesario tener en cuenta otros síntomas, así como las condiciones medioambientales y otras afecciones que el paciente sufriera antes del examen médico. Hay disponible una variedad de métodos de medición de la temperatura. Los requisitos para la medición de la temperatura en el caso de la fiebre y de la hipertermia son menos estrictos que en la monitorización de la hipotermia; por este motivo, pueden usarse termómetros de contacto (termómetros digitales, de mercurio, timpánicos, de arteria temporal, etc.) y sin contacto.

¿Cuáles son las ventajas de los termómetros sin contacto?

Los avances tecnológicos, especialmente el descubrimiento de los semiconductores (usados como termistores), han transformado radicalmente el modo en que abordamos la medición de la temperatura corporal con la introducción de los termómetros infrarrojos (IR) sin contacto (TISC) [46]. Su mayor ventaja es la capacidad de medir la temperatura corporal sin contacto físico con el cuerpo, por lo que suelen estar «dirigidos» a la frente del paciente. De esta forma, se elimina prácticamente el riesgo de contaminación y, por tanto, la necesidad de usar sondas reemplazables, protectores de la sonda y desinfectantes, lo que se traduce en una reducción de costes y en un ahorro de tiempo [47] [48] [49]. Asimismo, la medición es casi instantánea.

Por las ventajas anteriormente mencionadas, los termómetros sin contacto son muy adecuados para usarse en entornos clínicos con un gran volumen de pacientes, los cuales, por tanto, necesitan eliminar o reducir considerablemente el riesgo de contaminación (cruzada). [50] [51] [52]

Los TISC también pueden ser una excelente herramienta de detección en otros entornos como, por ejemplo, en una consulta del médico de atención primaria o en un centro ambulatorio, especialmente en el caso de pacientes pediátricos, que suelen sentirse incómodos con otros métodos [53].

Resulta útil señalar que, aunque tecnológicamente son muy similares, los termómetros de membrana timpánicos no están categorizados como TISC. La sonda del sensor debe insertarse físicamente en el canal auditivo del paciente para obtener una lectura precisa de la temperatura de la membrana timpánica y, por tanto, entra en contacto físico directo con una parte del cuerpo.

¿Cuáles son las ventajas de los termómetros de contacto?

Los termómetros de contacto (tradicionalmente llamados auxiliares) tocan el cuerpo del paciente. Suelen ser más precisos que los TISC y se utilizan cuando la precisión es fundamental (por ejemplo, en pacientes con hipotermia) o existe la sospecha de que un paciente sufre fiebre dentro del límite o hipertermia que un TISC no puede detectar [54].

Existen varias tecnologías distintas que se utilizan en los termómetros de contacto. Los termómetros de mercurio están dejando de usarse en algunos países y regiones debido a la toxicidad del mercurio y a la fragilidad del vidrio que lo contiene. Los más habituales que se usan en la actualidad son los termómetros digitales, que emplean un termistor para medir la temperatura.

Los termómetros de contacto ofrecen lecturas de la temperatura más precisas y fiables que los TISC, pero deben esterilizarse de un paciente a otro o utilizar protectores desechables para evitar la contaminación (cruzada). Además, el examinador debería registrar el punto de medición al medir la temperatura, ya que hay diferencias significativas entre los resultados [55].

Los estudios demuestran que el rango de la temperatura corporal normal en las mujeres es: 33,2–38,1 °C para la temperatura oral, 36,8–37,1 °C para la temperatura rectal y 35,7–37,5 °C para la temperatura timpánica. Los valores del rango son algo diferentes para los hombres: 35,7–37,7 °C para la temperatura oral, 36,7–37,5 °C para la temperatura rectal y 35,5–37,5 °C para la temperatura timpánica [55].  

El punto de medición debería registrarse en la historia clínica del paciente, junto a la temperatura.

¿Existen soluciones de diagnóstico que combinen la medición de la temperatura sin contacto y de contacto?

La respuesta es: ¡sí! MESI mTABLET Thermometer combina un TISC y un termómetro de contacto (o auxiliar) digital en una solución digital. El termómetro de contacto está integrado en el TISC, por lo que ambos están siempre a mano.

El TISC incluye un indicador de distancia para la medición óptima, mientras que el termómetro de contacto se usa con protectores desechables para reducir el riesgo de contaminación cruzada. Ambos termómetros están conectados de forma inalámbrica a una tablet de grado médico certificada con una pantalla de 11’’. En la tablet, el usuario selecciona el termómetro que se va a utilizar, introduce el punto de medición (en el caso del termómetro de contacto) y activa la medición.

Una vez que el usuario confirma el resultado de la medición, este se guarda al instante en el almacenamiento gratuito basado en la nube MESI mRECORDS con los archivos digitales del paciente. Desde ahí, es accesible a través de cualquier dispositivo con conexión a internet, junto con el historial de mediciones en forma de gráfico. MESI mTABLET también puede integrarse fácilmente con su sistema de HCE, por lo que todas las mediciones de la temperatura pueden ordenarse y almacenarse en el mismo.